EL SUICIDIO Y LOS PENSAMIENTOS SUICIDAS

La Organización Mundial de la Salud identifica al suicidio y los pensamientos suicidas como uno de los problemas más graves de salud que pueden afectar a las personas y, es por ello, que recomienda a todos sus estados miembros que sea atendido de forma prioritaria.

Algunas cosas que debemos saber sobre el suicidio y los pensamientos suicidas

  • El suicidio aparentemente se nos presenta como una solución permanente ante un intenso dolor emocional, mental y/o físico temporal, o para las relaciones interpersonales disruptivas. Sin embargo, aunque no lo parezca, muchas veces la desesperanza, el dolor y el vacío son estados temporales, no permanentes.
  • El suicidio puede ser el resultado de un acto impulsivo repentino o de una planificación muy cuidadosa. La impulsividad necesaria para el acto, no persiste indefinidamente (no hay que desesperarse, ya que normalmente la persona no tiene la idea permanente en su cabeza).

La mayoría de las personas que piensan en suicidarse realmente no quiere morir, sino liberarse de las circunstancias difíciles de su vida y del sufrimiento emocional, mental y físico. Es por ello, que casi siempre viven en una constante ambivalencia entre razones para vivir frente a razones para morir, y es la conducta suicida la única alternativa que ven.

  • El reto que plantea la desesperación del suicidio y los pensamientos suicidas es encontrar otras maneras de resolver esos sentimientos intolerables. El apoyo de la familia y/o los amigos, los tratamientos psicofarmacológicos y la psicoterapia constituyen factores muy valiosos para la prevención de la tentativa suicida y/o del suicidio consumado.
  • El suicidio está entre las diez primeras causas de muerte, y en los grupos de edad de 15-24, ocupa entre la segunda y la tercera causa.
  • Se estima que al menos el 90% de las personas que atentan contra su propia vida sufre algún tipo de enfermedad mental.
  • El suicidio es la primera causa de muerte prematura entre las personas diagnosticadas de depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia o trastorno por consumo de sustancias.
  • Las personas afectadas por una depresión mayor presentan una probabilidad de riesgo suicida 20 veces superior frente a la población general.
  • Las personas afectados por consumo de sustancias psicoactivas, alcohol y otras drogas, sobre todo en los jóvenes cuando presentan dificultades de relaciones interpersonales o con otros miembros de la familia, presentan mayor riesgo suicida que la población general.
  • El 30-40% de las muertes por suicidio son precedidas por intentos de suicidio.
El suicidio
Suicidio

El suicidio y los pensamientos suicidas: señales de alerta

Muchas personas, antes de intentar suicidarse, evidencian una serie de signos y síntomas que hacen
posible la detección del riesgo suicida. Es muy importante que las familias conozcan cuáles son estas
señales de alerta para minimizar el riesgo de aparición de un intento suicida en su familiar.
Estas son algunas de las señales que pueden indicarnos que alguien está pensando en acabar con su vida:

Señales de alerta verbales

  • Comentarios o verbalizaciones negativas sobre sí mismo o sobre su vida: No valgo para nada”, “Esta vida es un asco”, “Mi vida no tiene sentido“, “Estaríais mejor sin mí”, “Soy una carga para todo el mundo”, “Toda mi vida ha sido inútil”, “Estoy cansado de luchar”.
  • Comentarios negativos sobre el futuro: “Lo mío no tiene solución”, “Quiero terminar con todo”, “Las cosas no van a mejorar nunca”.
  • Comentarios relacionados sobre el acto suicida o la muerte: «Me gustaría desaparecer”, “Quiero descansar”, “No deseo seguir viviendo”, “Me pregunto cómo sería la vida si estuviese muerto”, “Quiero quitarme la vida pero no sé cómo”, “Nadie me quiere y es preferible morir”, “No merece la pena seguir viviendo».
  • Despedidas verbales o escritas: “Quiero que sepas que en todo este tiempo me has ayudado mucho”.

Señales de alerta no verbales

  • Cambio repentino en su conducta. Puede aparecer un aumento significativo de la irascibilidad, irritabilidad,
    ingesta de bebidas alcohólicas en cantidades superiores a las habituales y con una frecuencia inusual. O también un periodo de calma y tranquilidad repentino cuando previamente ha presentado gran agitación. Considerar esta situación como una mejoría de su familiar podría ser un error; puede constituir una señal de peligro de riesgo inminente.
  • Aparición de laceraciones recientes en alguna de parte del cuerpo.
  • Regalar objetos muy personales, preciados y queridos.
  • Cerrar asuntos pendientes.
  • Preparación de documentos para cuando uno no esté (testamento, seguro de vida, etc).

La identificación de estas señales de alerta está directamente relacionada con la presencia de una ideación suicida. Ahora bien el hecho de que no se detecten estas señales no significa que la persona no pueda llevar a cabo un intento de suicidio.

Si tienes pensamientos suicidas o sospechas de algún familiar o amigo que pueda tenerlos, hay algunos teléfonos que te pueden ayudar:

Teléfono de la Esperanza: 717 003 717

Línea de Atención a la Conducta Suicida: 024

Si tu vida o la de tu familiar corre peligro en estos momentos debes llamar al teléfono de Emergencias 112.

Emergencias 112

 

 

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