¿Existe el TDAH en adultos?

Tradicionalmente hemos asociado el TDAH y la hiperactividad a los niños y adolescentes. Y es en estas etapas cuando, al exigirles a los niños un determinado rendimiento a nivel escolar y social, encontramos más dificultades. Pero, ¿existe el trastorno en adultos? La respuesta es que si.

Los expertos estiman que en España el 4% de los adultos padece Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y, aunque se considera que decrece en la adolescencia, se calcula que entre un 30% y un 60% de los niños que lo sufren seguirá con síntomas en la edad adulta. 

Los datos de un estudio publicado en el Canadian Medical Association Journal señalan que el porcentaje de adultos afectados a nivel mundial oscila entre el 2% y el 6%. Y en Estados Unidos, un informe de salud pública ha confirmado que aumenta entre los adultos el uso de medicación para corregir la falta de concentración debido a la hiperactividad, y lo hace a un ritmo más rápido que entre los niños.  Una detección e intervención tempranas pueden reducir la gravedad de sus síntomas.

Las causas del TDAH

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un desconocido para la ciencia y, a pesar de ser una patología que se diagnostica y trata desde hace muchos años, aún no se ha encontrado la clave para conocer las causas que lo originan.

Lo que si que se sabe es que es probable que exista una disfunción del lóbulo frontal y, desde el punto de vista neuroquímico, una deficiencia en la producción de importantes neurotransmisores cerebrales. Éstos son sustancias químicas que producen las neuronas, es decir las células nerviosas y para que se produzca una buena comunicación entre las neuronas y todo funcione normalmente debe existir la cantidad adecuada de determinados neurotransmisores, en este caso de dopamina y la noradrenalina. En las personas que padecen TDAH existe una producción irregular en estos dos neurotransmisores.

Pero además existe una combinación de factores, tanto biológicos como ambientales, que pueden ayudar a explicar por qué se padece el TDAH:

Factores biológicos implicados en el TDAH

  • El temperamento de la persona, que influye en su actitud y personalidad
  • Lesiones cerebrales debidas a un trauma de nacimiento o a problemas prenatales.
  • Consumo materno de alcohol y drogas e incluso de tabaco predispone a padecer TDAH.
  • Si el padre o la madre ha padecido el síndrome, sus hijos tienen un riesgo del 44% de heredarlo.

Hiperactividad y factores del entorno

Entre ellos destacan el estrés familiar y las dificultades educativas. Las psicopatologías paternas, un bajo nivel económico, la marginalidad o un entorno inestable puede agravar de manera significativa el trastorno.

Teniendo en cuenta que estos factores afectan a una gran cantidad de población y no todos padecen el TDAH,  en la mayoría de los casos se trata de un modo de comportamiento aprendido, salvo casos excepcionales, como la presencia de un tumor cerebral.

Sea de uno u otro modo, ¿cómo puede reconocerse al adulto que padece esta patología, cuáles son sus síntomas?

Los síntomas de la Hiperactividad en adultos

Cuando una persona adulta padece TDAH no hay duda de que ha sido, en todos los casos, un niño hiperactivo. Por ello, desde su infancia habrá presentado síntomas como inquietud, nerviosismo, dificultades para centrarse en una tarea o impaciencia. Cuando el trastorno ha pasado desapercibido o no se ha diagnosticado en la niñez, los adultos suelen experimentar problemas significativos en una o más áreas de la vida, síntoma de que se puede padecer el TDAH:

  • Ejecución inconsistente en los estudios o el trabajo: No terminan sus estudios, pierden los trabajos o renuncian con excesiva frecuencia a ellos. Además, poseen un historial de desempeño académico o laboral pobre.
  • Poca habilidad para manejar las responsabilidades cotidianas: No suelen poder completar los quehaceres del hogar o las tareas de mantenimiento. También presentan dificultades para pagar las cuentas y organizarse.
  • Problemas en las relaciones sociales: Les resulta difícil tener buenas relaciones laborales y personales al no completar las tareas, olvidarse de hacer cosas importantes o molestarse con facilidad por asuntos menores.
  • Estrés y preocupación crónicos: Provocados por el fracaso en alcanzar las metas que se han propuesto y la imposibilidad de cumplir con sus responsabilidades.
  • Sentimientos crónicos e intensos de frustración, culpa o reproche.
  • Síntomas físicos: Taquicardias, diarreas, hormigueos en manos y piernas. Todos los síntomas de un cuadro de ansiedad.

Las consecuencias del trastorno revisten cierta gravedad, ya que muchos adultos hiperactivos se encuentran en situaciones de desajuste familiar, social, económico y personal. Muchos fracasan en los estudios desde muy temprana edad; bastantes, presentan un historial de relaciones sociales y afectivas fracasadas o abandonadas. Y un gran número de personas hiperactivas bebe o fuma en exceso, no administra bien su patrimonio y tiene problemas económicos frecuentes.

Algunos hiperactivos cometen delitos que los llevan a prisión. Además, los afectados también presentan niveles de ansiedad y depresión más elevados que el resto de la población. Algunas personas pueden no experimentar problemas significativos hasta llegar a la universidad o en su carrera profesional.

A veces, los progenitores pueden haber sido sobreprotectores y han podido reducir el impacto de los síntomas del TDAH hasta que su hijo o hija ha comenzado a vivir independientemente como adulto.

El tratamiento del TDAH en adultos

Actualmente no se conocen medidas preventivas para reducir la incidencia del TDAH.

Sin embargo, una detección e intervención tempranas pueden reducir la gravedad de sus síntomas, labor que, como aseguran los expertos, siempre debe desempeñar un profesional cualificado, que será quien determine si los problemas que presenta el paciente se deben al TDAH, a alguna otra causa, o a una combinación de factores.

Tras el estudio y diagnóstico de cada paciente, la necesidad de abordar el trastorno con terapia y con fármacos, o sólo con terapia, se determina en función de la severidad de los síntomas.

El tratamiento farmacológico es una ayuda más para que este tipo de pacientes pueda funcionar y encajar mejor en la sociedad. Los medicamentos utilizados habitualmente en el tratamientos del TDAH son los estimulantes del sistema nervioso central, como algunos derivados de las anfetaminas, fármacos muy eficaces para reducir la hiperactividad e impulsividad y para ayudar a mejorar la atención y concentración.

Desde la terapia se puede trabajar técnicas de autocontrol, de relajación, de habilidades sociales, de solución de problemas y trabajo sobre ideas irracionales. Estas técnicas de modificación de conducta son fundamentales en el tratamiento del TDAH y son el único tratamiento elegido para los problemas leves de déficit de atención. Otras modalidades de tratamiento psicológico incluyen terapias enfocadas para la disminución de la ansiedad, las terapias para la mejora de las habilidades sociales y ciertas terapias de grupo.

La solución puede estar también en el entrono familiar, que puede resultar de gran ayuda para un adulto hiperactivo. Pueden servirle de refuerzo en las conductas y habilidades que se consideran necesarias para llevar una vida normal y estable, implicarse en la resolución conjunta de problemas, así como tolerar sus altibajos o conductas no apropiadas.

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