Los celos entre hermanos son una reacción emocional y conductual transitoria como reacción a un cambio que el niño experimenta en su entorno más cercano. Este cambio implica un desequilibrio en la dinámica familiar previamente establecida y que puede tener lugar como consecuencia del nacimiento de un nuevo hermano.
¿Cuáles son las manifestaciones más importantes de los celos entre hermanos?
Lo más destacable es que aparecen comportamientos característicos de etapas evolutivas ya superadas. Por ejemplo, el niño puede volver a hacerse pipí en la cama, pedir ser acunado o desear beber leche del biberón.
También se observa un incremento de la desobediencia, negativismo, rabietas o incluso retraimiento o indiferencia a todo lo que le rodea (juegos, actividades de ocio, reuniones familiares).
Por último, aparecen también manifestaciones físicas debido a la ansiedad, como dolores de cabeza, trastorno estomacal, vómitos o malestar general. Todos estos comportamientos pueden ir dirigidos a “reconquistar” el afecto y la atención perdida debido a la llegada del nuevo hermano.
Pero, ¿son normales los celos entre hermanos?
Los celos entre hermanos son una emoción en principio normal debida a la sensación de pérdida que experimenta el niño con respecto a sus figuras de apego. Generalmente se inicia durante el nacimiento del nuevo hermano y progresivamente disminuye hasta desaparecer, según el niño va comprobando que lo que teme no ocurre, que realmente su hermano no le “quita” a sus padres, sino que a partir de ahora van a compartir su amor.
Cuando los celos entre hermanos se convierten en un problema
Cuando los celos son muy intensos o persisten y son problemáticos, es decir, interfieren en la relación del niño con otras personas, en su vida cotidiana, pueden llegar a ser patológicos y tendríamos que buscar ayuda profesional.
El psicólogo infantil trabaja con el niño y con los padres con el objetivo de que el niño aprenda una manera más adaptativa de expresar las emociones y de que los padres sepan ir modelando y educando al niño para lograr este objetivo.
Primero, evaluando bien cuáles son las dificultades concretas y conociendo bien al niño, a sus padres y el entorno donde aparecen los celos.
Después, dando pautas a los padres para actuar ante los problemas en casa y trabajando con el niño para que exprese de forma más saludable y adaptativa esa emoción.